La obesidad, es un problema cada vez más frecuente y común hoy en día, anteriormente los niños con problemas de obesidad eran la minoría, pero hoy, ver a niños con sobrepeso es un hecho bastante común,estamos perdiendo muchos de nuestros hábitos saludables. Hoy el ejercicio físico, ha quedado relegado, la comida chatarra es cada día más habitual, y los productos industrializados están reemplazando los alimentos naturales.
Empezar a hacer cambios en nosotros es importante, porque estos son los hábitos que recibirán nuestros hijos, y si ellos llevan una vida poco saludable, es muy probable que desarrollen enfermedades como diabetes, hipertensión, o problemas cardiovasculares a más temprana edad que nuestros padres, o que nosotros, si queremos un futuro mejor para ellos, la educación nutricional es una clave.
Errores que cometemos alrededor de la dieta de nuestros hijos
1. Incluir alimentos poco saludables: La buena alimentación está siendo reemplazada por alimentos rápidos que nos permitan ahorrar tiempo, esto porque hemos perdido el hábito de comer en familia e incluso el hábito de disfrutar nuestros alimentos, a veces preferimos un alimento que no sabe tan bien, pero que tiene muy buena mercadotecnia, es decir, ya nuestra preferencia se basa, más en lo que promete un producto, y su imagen.
Además de la inclusión de alimentos poco saludables a nuestra dieta, hay otros errores que cometemos cuando se trata de enseñar a nuestros hijos a elegir sus alimentos.
2. Premiar conductas con comida: decirle a nuestro hijo “si te portas bien, comeremos un helado”, hace que ellos reciban un mensaje oculto pero claro, de que el helado es bueno y además es una recompensa, porque se trata de un premio, esto comienza a reforzar ideas alrededor de alimentos que no son tan saludables en el niño, si bien pueden utilizarse estos estímulos, es muy importante poner un límite, y aprender a variar los “premios” con alimentos saludables, como por ejemplo yogurt, nueces, alguna fruta que disfruten, etc.
3. Separar las verduras de los alimentos: No sé si soy yo, pero cada día más, me encuentro con niños que no comen ni una sola porción de verduras o frutas durante el día, porque, no les gustan, como su padre me lo han indicado, sin embargo, como padres, es nuestra responsabilidad, incluir toda clase de alimentos en la dieta de nuestros hijos, especialmente aquellos que son saludables, por el contrario, a veces creemos que es más fácil dejar que no consuman las verduras, que pasar todo un drama en la mesa, una buena recomendación, es incluir los vegetales en diversas presentaciones en su dieta, y nunca evitar servirles las verduras, aunque deban apartarlas para comer, el sabor se queda impregnado en la comida, y poco a poco, es posible que comiencen a aceptarlo.
4. Premiar la comida, con el postre: No sé si alguna vez les ha ocurrido, pero, es usual escuchar a los padres decir “si no terminas las verduras, no habrá postre”, aunque puede ser un buen estímulo, los niños reciben el mensaje de que el mejor alimento es el postre, y que las verduras son una obligación desagradable, por lo que yo personalmente, recomiendo evitar esto.
5. Refrigerios de calidad pobre: Me refiero a los que no ofrecen una adecuada nutrición, como son las frituras, los jugos industrializados, o pastelillos, galletas, etc, aunque una o dos ocasiones de vez en cuando está bien, incluir estos alimentos con periodicidad en la infancia, refuerza malos hábitos en los niños, además, que pueden favorecer la ganancia de peso, si bien es algo práctico, es mucho mejor ofrecerles un sándwich, o zanahorias, algunas fruta que llame su atención, y que puedan llevar a la escuela, recuerda que estos alimentos aportan una mejor nutrición que tus niños merecen.
6. Obligarlos a comer: Los niños por lo general, no tienen problemas para regular su apetito, es decir, comen lo que necesitan, sin embargo, cuando se niegan a comer, nos preocupa, y con frecuencia podemos tratar de obligarlos a ingerir la comida, lo cual se convierte muchas veces en una batalla. Una estrategia útil en estos casos, es servirles su porción y hacerlos sentar a la mesa, aunque no deseen comer, deben esperar a que el resto termine, en la mayoría de los casos, suelen unirse a comer, pero si esto no sucede, no te alarmes, si el niño está activo, y no luce decaído ni bajo de peso, es probable que sólo se trate de algo pasajero.
Enseñar buenos hábitos de alimentación puede ser una tarea difícil, pero recuerda que esto influirá en la salud de tus hijos cuando ellos deban elegir sus alimentos. Lo mejor es predicar con el ejemplo, ya que es fácil que los niños acepten cambios si tú lo has realizado primero.
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